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EPOC en Copiapó: ¿Historia de terror o una cruda y desconocida realidad?

Por Humberto Prado Alegría, Kinesiólogo  |  13de Febrero 2014

Ellos “viven” en secreto, escondidos tras las puertas de sus hogares. Algunos afirman haberlos visto, probablemente en raros momentos cuando salen de sus escondites a recoger su correspondencia o se asoman por la ventana a ver quién llama a la puerta. Dicen que tienen un aspecto esquelético, una mirada triste y cansada y usan unas extrañas máscaras de las cuales expelen un extraño vapor. Caminan a paso lento y pareciera que arrastran sus huesudas piernas y están conectados a una misteriosa manguera que los nutre de su elixir vital. ¡De ellos hay varios en Copiapó!; tanto así, que muchos podrían ser tus vecinos y sin embargo no los has visto jamás.

 

Si esto no te da escalofríos, pues debería, ya que no estoy hablando de extrañas criaturas salidas de una historia de terror, si no de miles de personas que viven en Copiapó y millones en todo el mundo que padecen de una cruda y poco conocida enfermedad llamada EPOC.

 

Me sorprende la gran cantidad de personas que no han oído hablar jamás del EPOC y peor aún, podrías ser ya una víctima de este asesino silencioso y ni siquiera te has dado cuenta.

 

Para tu fortuna, ya se ha identificado al “único culpable” de este terrible mal y ­prevenir su aparición parece sumamente fácil. ¿Quieres una pista?, actualmente existen campañas que advierten sus innumerables efectos. Todas estas apuntan a asustar a la población mediante imágenes de piernas gangrenadas, dientes amarillos, mal aliento, cáncer e impotencia sexual; sin embargo no he visto ninguna campaña que hable del EPOC, situación que me parece sorprendente, ya que este es uno de los mayores asesinos silenciosos que produce el tabaquismo.

 

El EPOC es la sigla para “Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica”,  es una

EPOC Copiapó enfermedad pulmonar obstructiva crónica tabaquismo cigarro fumar humo pulmones enfisema  bronquitis

enfermedad incurable pero sí prevenible y tratable. Si fumas o constantemente te expones a su humo de manera pasiva o a otros contaminantes irritables, las posibilidades de tener EPOC son bastante elevadas, lo peor de todo es que nunca nadie te habló sobre el EPOC ni mucho menos de su lenta y silenciosa progresión hacia la muerte.

 

En el EPOC las vías respiratorias se hayan inflamadas y el tejido pulmonar destruido de manera irreversible lo cual aumenta la resistencia al paso del aire y genera además varios síntomas sistémicos o, dicho en otras palabras, síntomas que se manifiestan por alteraciones de tu organismo en general.

 

Los primeros síntomas aparecen tan lentamente que no logras percibirlos si no hasta que el daño en el sistema respiratorio es considerable. La primera señal de sospecha es la tos y la disnea que no es otra cosa que la sensación de falta de aire. En un comienzo se sentirá al hacer ejercicios físicos, luego al subir escaleras, al caminar e incluso al hablar, lo cual sería altamente preocupante.

 

A medida que el daño progresa se reduce la autovalencia debido a que la musculatura   esquelética   empieza    a 

 

atrofiarse, sumado a ello, se ve afectado el sistema cardiovascular, el sistema hematológico y neurológico, comprometiendo la calidad de vida.

 

En etapas avanzadas la enfermedad es invalidante, requiere de recursos sanitarios complejos tales como la administración de oxígeno mediante aparatos en el domicilio obligando al paciente a mantenerlo conectado a una naricera o mascarilla de oxígeno por horas e incluso de manera permanente si la situación lo amerita. En esta etapa es de mal pronóstico vital.

 

Si eres astuto, ya imaginarás cual es el consejo para su prevención y seguramente ya estás cansado de que te repintan una y otra vez frases tales como: ¡Deja de fumar!, ¡El tabaco te matara!, pero como te darás cuenta, es una alternativa bastante inteligente.

 

Si aún con todo lo dicho, no te convences y no dejas de fumar, al menos hazte un chequeo periódicamente para conocer el estado de tus pulmones, esto podría detectar la presencia del EPOC y ayudarte a evitar que siga avanzando a etapas más avanzadas para que no te transformes en otro de los personajes esquelético, con mirada triste y cansada que yacen ocultos en Copiapó.

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